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miércoles, 7 de abril de 2010

SHOW VS. SALUD

Donna Simpson, una mujer estadounidense de 43 años, quiere entrar en el libro Guinness con el record de “la mujer más obesa del mundo”. Sí, como lo leéis, ahora mismo pesa 273 kilos y ostenta el título de “la madre más gorda del mundo” desde 2007, año en el que dio a luz a su hija, por cesárea, pesando 230 kilogramos.
Quiere llegar a los 450kg y, para ello, come 12000 calorías al día y tiene un presupuesto de 560 euros semanales exclusivos para comida.
Según sus propias declaraciones, no sabe por qué se ha propuesto esa meta, pero cree haber nacido para ese peso.
Por lo visto, esta “afición” empezó cuando, a los 24 años, se casó con un cocinero que le inducía a comer todo lo que quisiera. Después de su divorcio, conoció en 2005 a su actual pareja y futuro marido, quien le da todo su apoyo. Lo más “curioso” (por llamarlo de alguna manera), es que lo conoció en un chat de mujeres gordas.
Encima, también tiene una web de pago, donde exhibe su cuerpo y cuelga vídeos en los que, por ejemplo, está comiendo 70 sushis a la vez. LO PEOR, es que ya cerca de 300 personas son fans de esta mujer.
He aquí otra muestra de cómo el “morbo” vende (aunque a mí me parece repugnante, en todos los sentidos de la palabra).

Su propósito, evidentemente, ya ha empezado a dejarle secuelas; enfermedades como la diabetes e hipertensión ya se han apoderado de ella. (Irónicamente, está diplomada en enfermería.) Este reto no es ningún juego de niños, y los médicos ya la han avisado de los graves riesgos que supone (a parte de las peligrosas enfermedades, antes citadas, que ya tiene), incluso la muerte.
A pesar de todo, se siente orgullosa de su cuerpo; algo totalmente lícito, pero que, en mi opinión, una cosa es no avergonzarse de uno mismo (se es como se es y hay que estar a gusto), pero enorgullecerse de engordar de forma BESTIAL, poniendo en peligro su salud por entrar en el libro Guinness de los Récords, lo siento, pero no, no me parece bien en absoluto, y mucho menos para estar orgullosa de ello.
Es indignante que haya personas que hagan esto aposta, y que estén tan felices de correr ese riesgo por una GILIPOLLEZ semejante. La obesidad no es ninguna tontería; se puede tener más o menos peso, estar más o menos en forma; pero ya no estamos hablando de “sobrepeso”, esto es obesidad mórbida, no es ningún juego. Y me parece una total falta de respeto para las personas que tienen tal enfermedad por “x” motivos, que la sufren como ENFERMEDAD que es, y como otras muchas enfermedades que puede provocar y provoca (a saber: diabetes, hipertensión, problemas cardiacos, asma, deterioro de la masa muscular, debilitación de la resistencia ósea, etc. Que no siempre vienen a raíz de la obesidad, pero la obesidad también las produce y/o empeora.).
Es evidente que cada uno es libre de hacer en su vida y con su vida todo lo que quiera, como quiera y cuando quiera, siempre que esté en sus plenas facultades mentales. Y, vale, sí, hay que respetar las decisiones de cada uno en cuanto a su persona, siempre y cuando esas decisiones solo le afecten a él (algo que, en este caso, no es del todo así, puesto que tiene una hija pequeña). Pero como opinar es gratis, y también una tiene libertad de opinión, yo me tomo ese derecho. Y como sé de lo que hablo, pienso que alguien que juega con su vida de esa manera y que, de forma intencionada o no, se burla de muchas otras personas que están en su situación de una forma u otra y que desearían no estarlo; no tiene moral ni sentido común.
(En efecto, sí, esta noticia no me ha hecho ninguna gracia. Porque NO la tiene.)

2 comentarios:

  1. Los records cada vez son más absurdos. Antes eran autenticas proezas, o cosas "curiosas", pero ahora son asquerosos. me alegro de que esta mujer no se haya suicidado por no ser una sílfide, pero a este paso va a terminar con un final parecido. Lo que tu dices, ya no es una cuestión de estética, sino de salud :S.
    En fin, el mundo está loco.

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